🎗️ UN APLAUSO POR LA VIDA: HOMENAJE A JORDI Y A TODOS LOS QUE LUCHAN CONTRA LA ELA

En una noche llena de emoción, durante la entrega de premios Valencia Sí a la Vida, hubo un instante que detuvo el tiempo. Jordi, presidente de la asociación ELADOS y enfermo de ELA, no pudo estar físicamente presente por problemas logísticos desde Barcelona, pero su alma sí lo estuvo. Su primo, con una sonrisa cargada de amor, fue su voz en el escenario: «He venido en su nombre… podéis ver que ha elegido al primo guapo», bromeó entre lágrimas contenidas.

Con palabras sinceras, reivindicó la causa de Jordi: la lucha incansable por visibilizar la ELA y exigir que la ley vaya acompañada de financiación real. «Si llega la ley y no llega el dinero, es como si no llegara nada», dijo, con la dignidad de quien habla por cientos de familias olvidadas.

Y entonces, desde una pantalla, con la única ayuda de sus pestañas y un sistema que transforma sus pensamientos en voz, habló Jordi.

🎗️ UN APLAUSO POR LA VIDA: HOMENAJE A JORDI Y A TODOS LOS QUE LUCHAN CONTRA LA ELA

Su mensaje fue demoledor y luminoso al mismo tiempo:

«Doy las gracias por este premio. Lo dedico a todos los afectados por la DANA y a toda la Comunidad Valenciana. Mientras me quede un suspiro, lucharé por la defensa de la vida de los enfermos de ELA y enfermedades similares».

Jordi recordó que cada 8 horas una persona es diagnosticada de ELA… y cada 8 horas, otra muere. Pero su grito no era de derrota, sino de esperanza:

«No hay nada más importante en esta vida… que la vida. Que ningún político olvide que el derecho a la vida es lo más básico en un estado de bienestar».

Su despedida, imposible de olvidar:

«Besos y abrazos con mis pestañas. ¡Os quiero! ¡Viva la vida! ¡Viva Valencia Sí a la Vida!»

Quedó en el aire la imagen de su camiseta, de su mirada firme y su humor inquebrantable, como un símbolo de lo que es realmente importante: luchar por lo esencial, por lo humano, por lo vivo.


💛 Jordi no solo habló. Nos sacudió. Nos recordó que mientras haya un solo ser humano obligado a luchar solo por sobrevivir, nuestra sociedad sigue en deuda. La ELA es cruel, silenciosa, y arranca la voz, pero nunca el alma. Personas como Jordi son faros que nos iluminan el camino del compromiso y la humanidad.

Es hora de que el Estado mire a los ojos a los enfermos de ELA. Que los vea, los escuche, y sobre todo: que los cuide.
Porque la vida no se defiende solo con discursos, se defiende con hechos, con recursos, con amor… y con valentía.

Jordi lucha con los ojos. Y su mirada nos ha dicho más que mil palabras:
LA VIDA VALE LA PENA. SIEMPRE. DESDE EL PRIMER SUSPIRO… HASTA EL ÚLTIMO.