Un mensaje por la vida que ni el vandalismo puede apagar

Cuando el odio intenta silenciar la esperanza, el amor encuentra una forma de hablar

Hace unos días, nuestra ciudad despertó con una imagen que no dejó a nadie indiferente. Uno de los carteles de nuestra campaña «SÍ a la Vida», colocados en mupis por toda la ciudad, apareció vandalizado con un grafiti que decía: «NO A LOS ANTIABORTOS». Este acto no solo intentó cubrir un mensaje de esperanza y vida, sino que también nos mostró el desafío que enfrentamos como sociedad al hablar de temas tan fundamentales como el derecho a nacer.

El cartel mostraba una imagen poderosa: una mujer embarazada en avanzado estado de gestación, con la figura traslúcida de un bebé en su vientre. Un mensaje claro y simple acompañaba la imagen: «SÍ a la Vida». Pero ahora, la pintura negra que intenta tapar esa belleza visual también cuenta otra historia, una que habla de rechazo, incomprensión y, sobre todo, de una falta de diálogo.

Cuando el odio no destruye, fortalece

El objetivo de nuestra campaña siempre ha sido transmitir un mensaje de amor, de esperanza y de valor hacia la vida, especialmente la más vulnerable: la vida que aún no ha nacido. Este grafiti, aunque buscaba silenciar, ha logrado el efecto contrario. Hoy, más personas hablan de nuestra campaña, reflexionan sobre el mensaje y toman posición.

Es inevitable preguntarse: ¿Qué lleva a alguien a reaccionar con odio ante un mensaje que celebra la vida? Tal vez sea miedo, tal vez incomprensión. Pero lo que sí sabemos es que estos actos refuerzan la importancia de nuestro mensaje. Porque si alguien siente la necesidad de atacarlo, es porque tiene un impacto real, porque toca fibras profundas.

La verdadera libertad incluye el derecho a nacer

El debate en torno al aborto siempre ha sido complejo. Mientras unos lo ven como un derecho individual, otros lo entendemos también como una cuestión de derechos colectivos, donde el más pequeño y vulnerable también tiene algo que decir. Este grafiti, lejos de opacar nuestro mensaje, es un recordatorio de por qué es crucial seguir defendiendo el derecho a nacer.

El bebé representado en nuestros carteles no es solo una ilustración; es un símbolo de millones de vidas que esperan tener la oportunidad de existir. Cada vida cuenta, y cada obstáculo que enfrentamos para defenderla es una razón más para seguir adelante.

San Valeriano 29

Transformando el ataque en esperanza

En lugar de centrarnos en la destrucción, queremos enfocarnos en lo que esto nos enseña. Nuestro mensaje es más fuerte que cualquier pintura o acción vandálica. De hecho, hemos decidido que este grafiti sea parte de nuestra historia. Lo compartiremos en nuestras redes sociales y en nuestra web, no como una queja, sino como una invitación a la reflexión. También desde aquí queremos agradecer a la Concejalía de Infancia y Familia por su complicidad y ayuda en esta campaña.

Al mirar el grafiti, preguntémonos: ¿Por qué un mensaje de vida genera tanto rechazo en algunos? La respuesta, aunque compleja, apunta a la necesidad de más empatía y diálogo en nuestra sociedad.

Un mensaje que no se puede borrar

El amor por la vida es algo que no se puede silenciar. Aunque intenten tapar nuestras palabras con pintura, el mensaje sigue vivo, no solo en los carteles, sino en los corazones de quienes creen en él.

Por eso, hacemos un llamado a todos: no permitamos que el odio nos detenga. Sigamos defendiendo el derecho a nacer, a vivir, a soñar. Sigamos diciendo «SÍ a la Vida» con más fuerza que nunca.

La vida siempre encuentra un camino

Como asociación, estos actos no nos debilitan; nos impulsan a ser más creativos, a llegar más lejos, a compartir más historias que inspiren. Porque al final del día, la vida siempre encuentra una forma de brillar, incluso cuando intentan apagarla.

 


¡Gracias por ser parte de este movimiento! Comparte este mensaje y ayúdanos a demostrar que el amor siempre triunfa.