Lo que la ciencia demuestra, la ideología lo oculta

“Cuando se habla de la ideología de género en más chicos sí hay un fomento de la homosexualización. Mismo en los medios. Si no hay nadie que haga hincapié en la heterosexualidad, ¿por qué tenemos que hacer hincapié en la homosexualidad? Para mí que cada uno haga con su sexualidad lo que quiera. Me molesta cuando se les presenta a los chicos más chicos”. Su argumento se encuadra dentro de una de las pancartas celestes habituales, “Con mis hijos no”, que hace a un lado la necesidad de incluir en el programa una perspectiva de género, entendiendo que este puede o no corresponder con el sexo asignado al nacer.

Que una mujer llegue a pasar por un aborto significa muchas cosas: que falló el Estado, que falló la sociedad, que falló también su entorno.

Ana Belén Mármora es católica -de familia y educación- pero no practica. Estudió Periodismo en TEA –una escuela de periodismo con sede en la Ciudad de Buenos Aires– y cree que haber estado en contacto con las dos posturas le dio solidez a sus argumentos. “Me parece una forma muy arbitraria, discriminatoria y peligrosa la cuestión de legislar por deseos”, dice al hablar de la interrupción voluntaria del embarazo. Hoy es la vocera de Frente Joven, la organización que vio crecer desde que salió de la secundaria y que se encarga de impulsar tanto acciones sociales como políticas públicas de promoción del “derecho a la vida y a la salud integral de la mujer embarazada y su hijo”. Con 28 años, después de ocho años de integrar el espacio, se convirtió en su directora ejecutiva y explica: “Nosotros somos los progres dentro del mundo provida. En lo discursivo antes solo se hablaba del niño por nacer. Nuestra experiencia fue al revés. Empezamos trabajando con las mujeres y siempre pensamos que el mensaje que teníamos que dar es que esto no es una dialéctica entre una vida u otra. Queremos tratar de buscar soluciones para que se salven las dos”.

“Que una mujer llegue a pasar por un aborto significa muchas cosas: que falló el Estado, que falló la sociedad, que falló también su entorno. Es cierto lo de la clandestinidad, es un horror, pero también ahí hay que poder visibilizar que quizás el lado por el que se trata de impulsar la campaña por el aborto legal trata de combatir el aborto clandestino, pero sin embargo lo termina promoviendo”, argumenta»

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